Con esta edición ofrecemos al lector de habla castellana el diccionario más amplio que existe hoy sobre los símbolos. Los textos que lo componen son diversos, según la variedad de los autores, que desde distintos enfoques y lenguajes glosan el mensaje simbólico de un sinnúmero de pueblos y culturas. Este diccionario viene a completar, por su extensión y la referencia de otras tradiciones casi desconocidas hasta las últimas décadas, la valiosa obra de Cirlot, que sin embargo conserva toda su vigencia y es a menudo aquí citada.
Algunas correcciones y alguna ampliación mejoran esta edición castellana con respecto a su original francés; el esfuerzo editorial ha sido grande, aun cuando en este género de obras resulta siempre insuficiente.
Son desgraciadamente escasísimas, debido a la falta de estudios previos, las referencias a la simbólica de los pueblos antiguos de Hispania, pero este diccionario tiene un valor de primer orden para todos aquellos que deseen acercarse a ella. Sí en cambio se presenta de modo bastante abundante, y quizá por vez primera, la simbólica de los indios precolombinos. Pueda este libro ser un guía para ulteriores indagaciones en la simbólica de los antiguos pueblos del ámbito hispano.Señalamos finalmente unas advertencias para el buen uso del diccionario:
l. Respecto a las transcripciones de nombres de otras lenguas y respecto a la grafía de los nombres propios hemos optado por un criterio ecléctico, ya que de lo contrario hubiéramos entrado en un trabajo crítico y erudito, que aquí convenía evitar, y más por entender la jerarquía que hay entre el símbolo y lo simbolizado. No se sorprenda, pues, el lector de leer Buda y luego Buddha, Mahoma y Muhammad, Hércules y Herakles, Artemis y Artemisa, etc. Todas estas formas de grafía tienen legitimidad y se ven corrientemente usadas en uno u otro contexto literario, y por ello les damos aquí cabida.
2. Asimismo hemos usado en los artículos nombres castellanos distintos para un mismo símbolo, así por ejemplo: blanco, diana, fama o acertero; boque, buco, cabrón o cabro, etc.
3. Algunos artículos han sido divididos y otros refundidos debido a las diferencias de léxico entre castellano y francés. Otros han sido ampliados con aclaraciones y comentarios. Los textos complementarios, las notas y las referencias bibliográficas, que introduce el editor de esta edición castellana, se colocan entre corchetes.
4. Los artículos o fragmentos de artículo, que no han sido resultado de un trabajo de síntesis, van firmados con las iniciales del autor. En algunos casos, cuando un trabajo de síntesis pudiera atribuirse erróneamente a un autor concreto, se ha puesto la sigla Red. para indicar que es trabajo de redacción sintética.
5. Los .dioses y los héroes de la mitología clásica son mencionados en su nombre griego con la indicación entre paréntesis de su homólogo romano: Ares (Marte). Sin embargo, cuando un nombre de dios designa un planeta (p. ej., Marte), hay que buscar el símbolo del planeta bajo el nombre del planeta. Esta distinción no impide señalar las relaciones existentes entre el simbolismo mitológico y planetario.
6. Las palabras en negritas y de color rojo son objeto de un tratamiento más amplio en este mismo diccionario.
7. Las citas bíblicas están tomadas casi siempre de La Biblia Herder preparada bajo la dirección de Serafín de Ausejo.
El Editor